lunes, 27 de julio de 2009

Enunciación # 2

No, bueno, no digo que no le gustara la foto, pero sí como que tenía algo raro. No sé. Algo como de maña con eso. Mira, a lo que me refería con " excentricidades" es que el pana le dedicó toda la noche a hablar sólo de dos temas, cada uno más extenso que el otro. Era como molesto. Y lo peor es que hay gente que le sigue la corriente; borrachos y eso, gente que ya no diferencia los entretenimientos. Pero el carajo, increíble. La vaina comenzó porque pusieron una canción de Zapato 3. Ya ni me acuerdo cuál era. Creo que era Uñas Asesinas, la que es original de La Seguridad, como todo carajo normal sabe. Bueno, no bastaron dos compases de la canción para que el marico dijera: "Qué bolas esa canción ¿no?". Y ahí ya todo el mundo sabe cómo es la vaina. Que si Yatu, Cangrejo y la cocaína de mis bolas. Como diez horas hablando del impotente rock venezolano/rock hecho en Venezuela (como si alguien supiera la diferencia). Uno, bueno, tú sabes, de lo más cordial, bebiendo, tratando de cazar un hueco en el discurso para cambiar el tema. Como pa' que se callara. Nada. Lo más arrecho de todo, sin que me quede ninguna duda, es la narrativa del carajo. Impresionante. "Es durísima", decía el bicho. Y cuento tras cuento de cada figurín de la movida, como lo llamaba él. Con el tonito, claro. "Y me complace...". Su madre, vale ¿Pero a quién carajo le importa hoy en día porqué mierda se separó La Muy Bestia Pop? En serio ¿a quién? Con una media sonrisa de marico. Todo le daba risa, aparte. Cualquier vaina que le dijeran era una risita. Es que me acuerdo y me da arrechera. No porque no se haya callado en horas, balbuceando teorías mal armadas sobre la importancia que había tenido el rock venezolano de finales de los ochenta en la desintegración sistemática de la plataforma política venezolana. "Políticos Paralíticos, Miraflores, Paul Guillman pegando gritos por otro lado... Adiós cuarta república, brother". Lo peor de todo vino después, cuando Claudio Soler cambió la música, tratando de que no sonara algo parecido al rock en español. La tensión como que se fue yendo, pues. La gente empezó a conversar en grupo. A dialogar. Bailó gente, cantaron feliz cumpleaños y vaina, todo tranquilo. Comiéndonos la torta fue lo que te digo. Primero porque el bicho se comió como cuatro pedazos de torta y quesillo, y segundo porque el carajo se sentó solo frente a una foto que había puesto Andreína en una de las columnas, tipo para decorar el salón de fiestas y tal. Una foto equis, una vaina en blanco y negro de estas predeterminadas de Windows. Solo, ahí, como si nadie lo estuviera viendo. Qué cosa más rara que a la gente le gusten este tipo de mariqueras. Ahí mismo se le sentaron dos al lado, y que a conversar sobre la foto. Nojoda, más vale que no. "La Fotografía es más filosofía que arte plástico", decía. Cada vez tenía más gente alrededor el carajo, y se reía, aunque parecía que en cualquier momento iba a llorar. No quedó más que escucharlo. Me serví otro trago y confieso que me distraje con una historia que contó sobre un fotógrafo documentalista. Capa, creo, uno que murió por una mina antipersona. Antes de morir, dijo, entregó su cámara a un soldado para que salvara las fotos. Ya eran como las tres de la mañana cuando gritó: "¡Playa!", y se rió muy raro. Yo me fui sin saber qué hicieron.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es inevitable comparar al personaje con alguno que llegué a conocer y dejé hablar en varias oportunidades por horas mientras veia de reojo a mi novia pensando: ¿Con quien está bailando?, ¿Lo acabo de imaginar o ella puso su mano sobre su pierna?. ¿Por qué siempre hará esto? ¿Por qué siempre deja abierta la posibilidad con otros hombres?.

Ambos desinhibidos socialmente por el alcohol (la novia y el carajo ladilla) son capaces de justificar cualquier mierda al dia siguiente o de no recordar absolutamente nada.

MARIA FERNANDA dijo...

ah que bueno como dicen es inevitable comparar a este tipo con algun gil que nos hayamos cruzado varias veces en esas fiestecitas.. jaja muy bueno!