martes, 23 de octubre de 2007

El margen, la espera y 17 pantomimas.


Saramago dice: "Siempre se puede bajar un escalón más", y con esto sentencia a toda una humanidad que de no ser por 10 personas concientes en cada doscientos mil kilómetros cuadrados, como decía Fidel Castro, estaríamos hundidos en la mismísima mierda, como dijo Christopher Nolan en su última película.

Este espacio está dedicado a las personas que, según Alessandra Abate, colorean la vida a pesar de todo y es absolutamente necesario cantarles una canción de un grupo de pop de finales de los 90.

Vamos, ahora, más allá. La condena perpetua de describir al ser humano como un mamífero que se diferencia de los otros mamíferos por tener el telencéfalo altamente desarrollado y el pulgar oponente, como lo hace Jorge Furtado, es, entre otras cosas que no vienen al caso, una palabrota en la cara y frente a toda su familia a la esperanza de cualquier niño. No hay que diferenciar entre lo que tiene que ser una cosa y lo que debería ser, porque otorgarle el beneficio a la duda, desvirtúa las cosas y nunca van a coincidir la teoría con la realidad.

Hay gente que marca un margen entre las personas y no diferencia entre lo que son y lo que deberían ser, como lo hace Diomedea Iraóla, y esto es una clara negación personal a la realidad, lo que nos lleva, sin derecho a réplica, a las ya famosas pantomimas que algún día nombró Freud. Las maneras de engañarnos unos a otros imitando cuestiones de la realidad es darle la vuelta al asunto: No diferencio entre lo que debería ser y lo que en verdad, según lo que para uno sea verdad, es, y, aparte, con una cara bien seria y una actitud de pasota, imito esto para llevarlo al campo de lo que debería ser. Esto rompe, inmediatamente con todo sentido de la coherencia, es decir, ya nada tiene que ver con nada; de hecho, se corrompe tanto todo, que, quizás, lo que debería ser ya es una pantomima y nadie sabe, a ciencia cierta, como de la que habla Mary Antonieta, qué carajo es cada cosa.

Así que esperar algo, tener una idea de cómo es algo o simplemete tener una espectativa de algo, es la cosa más inútil que uno puede tener en el cerebro. Es mejor, entonces, conocer cada cosa todos los días, así, radicalmente, y me permiten darme el lujo de pedir que respeten mis radicalismos, como dice Héctor González, para que se den cuenta que viéndolo así sólo nos queda volvernos un cassete regrabable y cada día resetearnos a todo un proceso de reconocimiento y memoria, que nos da nuestro telencéfalo altamente desarrollado y que, por ende, nos vuelve humanos, y por ser humanos nos condena a la pantomima creada por la malacostumbre de no diferenciar lo que debería ser y lo que de verdad es y así, radicalmente, como mi petición, estar a un paso siempre de bajar un escalón más.

Pase adelante: Mary Antonieta López Maldonado

Ensayo metodológico

“¿A partir de qué ‘tabla,’ según qué espacio de identidades, de semejanzas, de analogías, hemos tomado la costumbre de distribuir tantas cosas diferentes y parecidas? ¿Cuál es esta coherencia -que de inmediato- sabemos no determinada por un encadenamiento a priori y necesario, y no impuesta por contenidos inmediatamente sensibles?”

Toda ciencia comprende conocimientos adquiridos a través de una exploración racional enfocada en un objeto de estudio, el cual conlleva a un fin o propósito. Para realizar dicha exploración es necesario llevar a cabo una investigación sistematizada que permita una clara comprobación de dicho objeto, ya que la ciencia “se basa en leyes comprobables.”
Este ensayo busca evidenciar que la ciencia posee ciertos elementos que permiten el fácil entendimiento y estudio de la misma, así como también la dependencia entre dichos elementos, sin importar el área de la ciencia que se estudie.
Según Tuñón de Lara “la estructura es un conjunto de partes o elementos que actúan mutuamente unos en otros y que no pueden comprenderse sino en esa interacción mutua” Para corroborar estos elementos dentro de la estructura de la ciencia, se tomará en cuenta dos áreas científicas completamente antagónicas, como lo son la sociología y la astrofísica.
La sociología “es la rama del conocimiento que hace de las relaciones humanas su objeto” Mientras la astrofísica, “se refiere al estudio de la física del universo” A pesar de que cada una estudia aspectos totalmente opuestos ambas coinciden en el hecho de que se concentran en un mismo objeto de estudio: el hombre en el caso de la sociología, y el universo en el de la astrofísica.
De igual forma, existen otros aspectos en los cuales coinciden dichas ciencias. La aplicación de teorías es clara en ambos casos. En sociología, pensadores como Parsons buscan la aplicación de las mismas al establecer “una noción clara de los distintos niveles de análisis social, especialmente ejemplificada por su noción de los cuatro sistemas de acción: el organismo conductual, la personalidad, el sistema social y el sistema cultural.” Del mismo modo, la astrofísica cuenta con exponentes como Stephen Hawking, que de la mano de Roger Penrose, ha trabajado en demostrar que “la Teoría General de la Relatividad de Einstein debe comenzar en el Bing Bang y terminar en hoyos negros.” Ambas hipótesis, de éstos pensadores, desarrollan “un conjunto de leyes y reglas que sirven para relacionar y explicar un determinado orden de fenómenos.” Dicho conjunto se conoce como teoría.
Es deducible que ambos exponentes tuvieron que implementar “procedimientos eficaces para hallar la verdad” y corroborar dichas teorías. Estos procedimientos son conocidos como métodos. En el caso de Parsons, al representar una ciencia humanista su estudio se basa en el ser humano, sus actitudes y comportamientos. Hawking, por su parte, representa una ciencia naturalista que se basa en la observación del objeto en sí.

Como hemos analizado, ambas ciencias estudian un objeto específico y contienen teorías, las cuales podrán ser comprobadas a través de métodos acordes a su naturaleza. También es importante recalcar que para mantener un orden lógico para cualquier observador, las ciencias deben basarse en lineamientos sociales de acción y pensamiento. Es aquí donde la ética viene a jugar un papel importante.
En este aspecto, ambas ciencias se pueden considerar “iguales”, ya que toda investigación científica, y por lo tanto, toda ciencia, es llevada a cabo por un ser humano y el ser humano es ético por naturaleza. “El investigador es consciente de que movido por el deseo de saber, realiza una actividad humana y que, por lo tanto, de él depende cómo se lleve a cabo, de su fracaso o de su éxito. La exigencia ética con toda su soberanía y junto con ella se rige de que: no todo lo humanamente posible es permisible.” “La investigación en astrofísica, física y biología expande coherentemente el campo de las investigaciones puras, choca con los problemas de sus propios límites, los examina a la luz de la pura razón y trata de aportar explicaciones de acuerdo con concepciones cosmogónicas” En este caso, se podría decir que, astrofísica enfoca su ética en el cómo, ya que está dirigida al trabajo con el objeto de estudio. Por otra parte, la sociología trabaja en base a las reacciones y los comportamientos humanos, el investigador humanístico se basa estrictamente en su objeto de estudio, basando su ética en el qué.
Según Fuocault, citado al principio de este ensayo, existen ciertas diferencias de las cuales no solemos percatarnos al momento de cubrir nuestra necesidad de ordenar, agrupar o estandarizar. Este trabajo ha servido como un ejemplo de esto. A pesar de que la sociología y la astrofísica abarcan medios opuestos están compuestas por objetivos, teorías, métodos y ética que estructuran y conforman esa semejanza, donde ambas se apoyan, lo que permite colocarlas en la “tabla” de la ciencia.

miércoles, 10 de octubre de 2007

El show debe continuar

Más allá de escándalos y de suposiciones escandalosas, vamos a decir que, pase lo que pase, el show debe continuar. No nos referimos, en este intento de palabras esperanzadoras, a un texto de autoayuda, ni siquiera a un aliento necesario para aquellos que en batalla se quedaron rendidos, nos referios, en cambio, a un trato irrompible que representará, de ahora en adelante, un compromiso.

Vamos a empezar por describir el juego y dar las instrucciones pertinentes, esas que te explican qué ficha eres y hacia dónde te debes mover. Vamos primero a crear, con estas palabras escritas, un movimiento muy pocas veces antes visto. Y mientras las personas se quitan la corbata para leer esto y se agarran de las manos unas a otras, profundizamos la respiración y nos concentramos, cual niño de primer grado, en un proceso que marcará el camino a una transformación de pasajeros a pilotos.

El que no quiera leer, que no lea, por favor, que se abstenga. Esto no es cualquier cosa, señores, es una declaración de amor.

Deberíamos, como cosa meramente pedagógica, dividir este escrito en etapas para que la gente entienda de qué va todo esto. Cómo si de un cuento se tratara, una historia infantil seccionada en capítulos.

De ahora en adelante, amigos necesitados, empieza una nueva nada, no menos estrucutara, pero sí, aunque cueste escribirlo, más blanca (con todo lo que esto significa), más pura, más...más...más blanca, coño, ¿qué más quieren?