
- Buenas tardes, señor ¿cómo le va?
- Pues, muy bien, estoy tan contento que los colibrís hoy se detienen a olerme.
- Jo jo , usted siempre...
- ¿Siempre qué?
- ¿Siempre tan ocurrente?
- ¿Tan qué?
- Ya le dije, tan ocurrente, digo, con tantas ocurrencias
- Ya,ya, no tiene que decir el origen de todo. Bueno, en fin ¿a què carajo vino?
- Señor ¿no es obvio?
- ¿Qué?
- Ya le dije: obvio, que está a simple vista.
- ¡No! yo no pregunté eso, le pregunté que qué era obvio.
- Señor, le acabo de explicar.
- Joder ¿a qué vino?
- ¡Es obvio!
- ¡Dígalo de una vez!
- ¡OBVIO!
- ¡NO! ¿QUÉ ES TAN OBVIO?
- A lo que vine ¿no?,¿no se lo dije ya?.
- ¡Olvídelo!,¡váyase!
- Pero, entonces ¿a qué vine?
- A buscar un porvenir
- Gracias, un porvenir
- Sería mejor decir, entonces, gracias por venir
- ¿Agradecerle a un porvenir?
- Señora, por el amor de Dios, tuteémosnos
- ¿Así de tú?
- Exacto ¿tú a qué mierda viniste?
- Pues usted ya lo sabe y muy bien lo dijo, a buscar un porvenir. Pero ya veo que aquí no se consigue eso, sólo se les agradece y luego uno se va, sin su porvenir.
- Que dejes por favor de buscarle el sentido a las cosas. Mira, dicen por ahí que tu marido ha estado haciendo kosas sin que tú vieras.
- ¿Sin que yo tuviera qué?
- !No! sin que tú vieras, joder.
- No entiendo absolutamente nada, debe ser su alegría, señor, qué mal que le veo.
- Váyase, señora, gracias porvenir.
- Sí, mejor, gracias porvenir.