lunes, 2 de noviembre de 2009

Enunciación # 6

De esos días la Yegua quedó aislada. Porque no le gustaba mucho la cosa que se movía por debajo de la mesa, decía, que aún parándosele el segundero, ella sabía que no era para allá. Que eso es muy jodido. Y negra ella más negra que nadie, mujer. De esos días, es más, nacieron dos niños dándole candela al mocho. Como quien no quiere la cosa, tú, le dicen ahora a la Yegua que se va. Porque cinco carreteros miopes siempre se enamoran de la más, de la que les deja en una esquina de la memoria un mantelito y tres velas. Se reunieron todos abajo, saliendo como quien va para Caballo, y la jalaron para que dejara, por lo menos, una clave en La Corredera. Y se fue la Yegua, coma. Cómo no se va a ir, pues. Todos viéndola. Pasando de perfil frente a los que la cargaron antes. Mira que otrora voltea y mira cuando se me pone de gallina la piel.